La COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, es una condición nueva, y los científicos y médicos todavía están aprendiendo sobre el virus y cómo se propaga de persona a persona. Al igual que con cualquier enfermedad, las pautas cambian a medida que aprendemos más sobre ella mediante investigaciones y estudios científicos.
Al principio de la pandemia, los científicos no entendían completamente la forma en que el coronavirus se estaba propagando entre las personas. Con el tiempo y estudio, los científicos han confirmado que la COVID-19 se propaga de persona a persona a través de diminutas gotitas respiratorias que se producen cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. Estas gotitas generalmente se asientan a una distancia de 6 pies de la persona que está hablando, estornudando o tosiendo. Si usted se encuentra a 6 pies de una persona infectada, es más probable que esas gotitas se asienten en su cara, donde pueden ingresar a la nariz, a la boca, a los ojos o a los pulmones, y causar una infección.
La COVID-19 también se puede propagar por transmisión aérea, la cual se produce cuando las diminutas gotitas respiratorias quedan flotando en el aire durante minutos o incluso horas, debido a la mala ventilación. Esta es una consideración importante para espacios públicos pequeños o en interiores, con menor flujo de aire.
También aprendimos que las personas que no se sienten enfermas pueden igualmente portar la enfermedad y transmitirla a otros. Esto se denomina transmisión asintomática. Ser asintomático, no tener signos o síntomas de la COVID-19, significa que las personas que están enfermas pueden, de manera no intencional, propagar gérmenes mientras se desplazan por la comunidad. Al estar separados de los demás y cubrir nuestras narices y bocas con una barrera, una mascarilla de tela, hacemos que sea más difícil el hecho de que cualquier gotita portadora del virus alcance a otras personas, limitando así la propagación de la COVID-19.
A medida que surgían evidencias científicas claras, los CDC adoptaron la recomendación de que las personas usaran mascarillas de tela, como uno de los diversos métodos para reducir la propagación de la COVID-19 dentro de las comunidades. En Colorado, el gobernador emitió una orden de uso de mascarillas en la que se exigía a la gente que cubriera sus rostros en espacios públicos en interiores, para ayudar a reducir la propagación dentro del estado.
Mientras las vacunas se han generalizado más y los requisitos de mascarillas se han relajado o levantado en muchos lugares, las mascarillas continúan siendo una herramienta importante para interrumpir la transmisión de la COVID-19, especialmente con la variante delta que es más contagiosa.
En Children’s Hospital Colorado continuamos requiriendo el uso de mascarillas a todo el personal, los pacientes y los visitantes. Nosotros las usamos para proteger a nuestros pacientes, muchos de los cuales continúan sin vacunarse e incluso todavía no tienen acceso a la vacuna.